"Los sueños no son sino madejas de paja
en donde anidan todas las preguntas.
Las preguntas que no se saben
preguntas,
no pueden jamás tener respuesta
(y sin embargo, insisten)"
A Elena la conocí una noche.
Me impactó su memoria, capaz de vivir sólo entre sueños, reproducidos al más mínimo detalle.
Cuando le conté de este block, se mostró reticente; lógico, pensé, desconfía de la existencia, no la puedo juzgar por eso.
Pero la convencí. Y aceptó contar uno, dos, tres sueños.
Y es curioso, porque ahora además de leerla, necesito pedirle ayuda.
Se mostró reticente.
- Los sueños no son poemas, dijo.
-Pero Elena, te necesito, contesté. No sé cómo hablar hoy, la realidad me calla.
-Está bien, te puedo ayudar.
-Gracias, Elena, escribí por mí esta vez. Alguna noche voy a hacer lo mismo por vos.
Elena se sentó en la cama, pocas veces sale de ese nido. Es una persona, no diría parca, tal vez sí paradisíaca.
Ni se me ocurrió abrazarla.
Sin embargo le estoy profundamente agradecida, por cerrar los ojos en mi nombre.
Por devolverme por un rato las palabras.
Esperanza Van Nooit
las respuestas
-Yo
a vos te conozco de algún lado
-Sí,
no sé, tal vez de una fiesta.
Llegaban
todos en un auto de los años ochenta
a
la casa desarmable
-¿Cómo
estás?
La
casa de mi madre,
llena
de fallas
-¿Qué
puedo decirte?
-No
sé, te lo pregunto porque hacés ruido al respirar.
Hacés
un ruido...como así.
Y
la respiración es ronca, interrumpida
Respirar
no es ya, nuestro intercambio
con
el mundo libre
-Por
eso te lo pregunto, te oigo respirar y me digo:
vos
no estás bien.
-No.
Me estoy matando, ¿cómo sabés?
Las
puertas se salen
cuando
bajamos los picaportes
se
nos vienen encima, pero son livianas
-¿No
se dieron cuenta cuando la compró?
No,
nadie se dió cuenta de que al abrir una ventana
las
hojas de aluminio barato se descalzaban
Nadie
imaginó
que
los andamios del pasillo
se
caerían a nuestro paso
Una
casa llena de fallas
Nos
reimos de la desgracia, nos reimos de verdad
porque
estamos acostumbrados al engaño
Y
en el ala rota de la casa
un
padre despierta en su cucheta
con
la expresión alegre y despeinada
de
quien todavía no recuerda el presente
-Ahí
llegamos, todos
en
el auto no queda nadie.
Nosotros
no somos espectadores
-No.
Ya sé.
Ustedes
vienen del mundo en donde
las
palabras y los verbos no tienen pausa
Viven
ustedes, en casas rotas
en
donde la ruptura es cotidiana
-Yo
a vos te conozco de algún lado...
El
padre entrega el cuerpo del niño dormido
a
una mujer enorme y sin panza
En
la casa de mi madre no hay tiempo
Sólo
urgencia y cosas rotas
Se
llevan a mi hijo
-Nos
vamos
-Sí.
Yo a vos también te conozco...
-¡Me
parecía! … ¿pero de dónde?
Nos
habremos visto en el patio de una infancia
donde
tampoco existía el pasado
Habremos
jugado a los mismos juegos
Habremos
reído en una sola carcajada
Ahora
es tarde.
Me
voy por la puerta que puedo cerrar
a
compartir la impotencia silenciosa
con
los de mi raza
Los
andamios blancos llegan casi al techo
Son
un puente que tenemos que arreglar
-Nos
vamos.
-No
me acuerdo de dónde, pero te conozco
Mujer
de pelo nocturno y largo:
-¡váyanse,
váyanse todos
con
su olvido de adultez equivocada!.
Después
de llorar
nosotros
tenemos mucho trabajo por hacer
acá,
en la casa de mi madre.
Necesitamos
un jardín lleno de pájaros,
enredaderas
fascinantes
y
un laberinto, por si llegara a venir algún fauno
-Bueno,
por fín nos subimos al auto
tenemos
que hacer espacio
-Sí,
váyanse y vuelvan cuando quieran,
la
puerta va a estar entonces, sí, cerrada.
-¿Nos
vemos en alguna fiesta repleta de orgullo?
-No
creo, pero nunca se sabe.
Eso
sí, no olviden devolver a mi hijo
y
comprar un reloj sin agujas
-Claro,
¿para qué?
-Puede
ayudarles a entender, que la vida es puro teatro
Nos
quedamos oyendo el escape del auto,
se
lo llevan
Se
llevan a mi hijo
La
casa de mi madre cae, es desarmable.
Para
cuando el niño vuelva
ya
no será la casa de mi madre.
No
nos habíamos dado cuenta
de
la importancia de una pausa
La
casa de mi madre
es
ahora nuestra casa
Soplando,
vamos a demoler los escombros
Y
nuestra casa, hijo, va a ser por fin,
nuestra
casa
2 comentarios:
lindo...
Esperanza, gracias por visitar mi blog (Maldita Pastilla Roja).
Estoy en el tuyo, leyendo tus palabras, me gustan mucho.
Te felicito por la novela!
Surge de un texto o de varios?
Saludos,
Juliana
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