"Los sueños no son sino madejas de paja
en donde anidan todas las preguntas.
Las preguntas que no se saben
preguntas,
no pueden jamás tener respuesta
(y sin embargo, insisten)"
A Elena la conocí una noche.
Me impactó su memoria, capaz de vivir sólo entre sueños, reproducidos al más mínimo detalle.
Cuando le conté de este block, se mostró reticente; lógico, pensé, desconfía de la existencia, no la puedo juzgar por eso.
Pero la convencí. Y aceptó contar uno, dos, tres sueños.
Y es curioso, porque ahora además de leerla, necesito pedirle ayuda.
Se mostró reticente.
- Los sueños no son poemas, dijo.
-Pero Elena, te necesito, contesté. No sé cómo hablar hoy, la realidad me calla.
-Está bien, te puedo ayudar.
-Gracias, Elena, escribí por mí esta vez. Alguna noche voy a hacer lo mismo por vos.
Elena se sentó en la cama, pocas veces sale de ese nido. Es una persona, no diría parca, tal vez sí paradisíaca.
Ni se me ocurrió abrazarla.
Sin embargo le estoy profundamente agradecida, por cerrar los ojos en mi nombre.
Por devolverme por un rato las palabras.
Esperanza Van Nooit