viernes, 25 de enero de 2013

Sin palabras

direcciones

Te encontré en la muerte,
justo antes de llegar a la esquina
en la rotonda o, no se,
en la calle de vereda ancha
cerca de un abril atardecido

Y amarse en ese espacio
resultaba algo demasiado engorroso

Por eso todas las explicaciones
y las palabras despellejadas con bisturí
y las noches de alcohol ciego
o las conversaciones sin mirarnos
en lugares públicos llenos, repletos
de personas cotidianas

Estabas parado al lado mío
y yo respiraba tu voz
que no le hablaba a mis oídos
sino a algún hueco profundo
en el barranco de mi pecho

Nos hubiéramos encontrado en la vida,
lejos de la falta y de la soledad
en aquella fiesta más temprana
o, quizás, a la salida del teatro

No se, se me ocurre, habria sido tal vez,
tal vez hubiera sido así el mundo
tal vez las horas
hubieran hecho silencio.

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