recuerdo
Apenas después de llenar el estómago,
entre las tablas que crujen, se asomó una siesta.
En la crudeza del atlántico, digerimos.
Entre promesas sin proyección
Entre las sombras no proyectadas
de esas, tantas, promesas,
llegó el sueño:
Las linternas alumbraban los eucaliptos,
éramos soles de noche jugando a las escondidas.
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